domingo, 4 de febrero de 2018

EMODISCENCIA para docentes, madres, padres...

“Mi alumnado se porta mal” “Mi hija, mi hijo se porta mal”.

Genial, se están desarrollando, se están socializando, lo estáis haciendo bien, muy bien, se está “portando bien para su desarrollo”.
Los niños y las niñas a partir de los 2 años deben “portarse mal”, si no, se está produciendo una alteración poco beneficiosa para su personalidad.

Entonces, ¿por qué parece que “se me va de las manos”? Porque las experiencias que vive cuando dice “no”, “no quiero”, “corretea”, “desafía”, etc., le produce una satisfacción progresivamente mayor siempre que consigue sus propósitos, se sale con la suya.
  1. Al principio “la suya” es un objeto, una acción, un juego..., A veces lo consentimos y otras no. Unos adultos sí y otras no. Lo hace con gracia y no le damos importancia, nos gusta con qué arte lo dice o lo hace.
  2. De las diferentes experiencias del apartado anterior las niñas y los niños se apropian de “a veces sí - a veces no. De todas las ocasiones, algunas no gustan a las personas adultas y tratan de imponerse con una “autoridad negativa” aumentando el tono y volumen de la voz y o soltando algún “cachete Calatayud”. Poco a poco, “la suya” cambia a ser la propia alteración que provoca en todo su conjunto, desde alterando hasta irritación total con el posterior cariño de pena tras la calma.
Ahora se están apropiando durante los próximos 3 o 4 años de:
a) Consigo muchas cosas que no conseguiría si no es así.b) Controlo la atención de mis adultos.
c) Controlo el estado de excitación de mis adultos.d) Me siento bien en este estado de poder y protagonismo: Hablan de mi, me temen, se esfuerzan por controlarme, veo que buscan ayuda porque no pueden conmigo.
Paremos, por el momento es estas edades, 5 o 6 años. (Lo retomamos en otra ayuda).
Las experiencias, los aprendizajes y los comportamientos descritos son así en todas las niñas y todos los niños de los que se dice que se portan mal. Veamos dónde está el problema.

“No es fácil ser madre/padre/docente”. Ya con una edad y formación, al menos, vital, y en muchas ocasiones, media o superior, unido a un desarrollo intelectual superior a las de la adolescencia.
Sin embargo, deseamos que nuestro alumnado, nuestras hijas y nuestros hijos sean “perfectas y perfectos”. (Aquí muchas personas piensan que exagero, pero luego dicen que las cosas se hacen a la primera y que hay que “hacer caso” “y no te lo tengo que repetir”.

La relación que debemos generar con las niñas y los niños debe ser verdaderamente “amorosa”. Por la dificultad que parece que no tiene pero que sí la tiene de explicar y comprender esto, voy a realizar unas propuestas a modo de ideas o pensamientos que nos pueden servir como herramientas para evitar el uso de la “autoridad negativa” “autoridad positiva amorosa” a través de la EMODISCENCIA.
Sea Chus una alumna, un alumno, una hija o un hijo y quien escribe su docente, madre o padre.
a) Chus ha comenzado a decir NO - NO QUIERO, porque su desarrollo es óptimo, como soy más inteligente que Chus, sabré responder a sus intentos de hacer o no hacer lo que quiera o deba.

b) Como este nuevo descubrimiento de Chus le hace sentir bien porque va a ir siendo capaz de tomar decisiones y aumentar su voluntariedad, me anticipo para evitar el conflicto violento proporcionándole ocasiones de "elegir". Que pueda elegir alguna ropa que ponerse de entre dos, el postre de entre dos, a qué jugar con Chus, etc.

c) Chus prueba otras formas de negación y desafíos porque le gusta tomar decisiones y desea controlar las situaciones en las que está con las y los adultos. El entorno familiar se abre al escolar y descubre nuevas formas de poder y control: un "grito", un empujón, un manotazo... Estas conductas las está probando por imitación, ve a a otras niñas y a otros niños que hasta les funciona. Si lo intenta conmigo, como sé el origen de la conducta y el momento evolutivo de Chus, mantengo la calma y, sin gritar, ni empujar, ni zarandear, ni pegar, le explico que ese comportamiento es molesto y que me disgusta, me he enfadado. Ahora soy yo quien decide. (si se desencadena una rabieta, la aguanto hasta la calma y luego se vuelve a reprender, siempre al volver a al calma).

Ningún niño y ninguna niña que ha recibido estas tres respuestas necesitará llegar más lejos en "mal comportamiento". ¿Por qué?

1. Porque sus modelos de referencia en el comportamiento siempre mantienen la calma.
2. Porque está experimentando comportamientos relacionarles de éxito mejorando su inteligencia emocional.
3. Porque tienen muchos momentos y situaciones para elegir y sentir ese poder de control, se está empoderando en cosas que le conciernen.
4. Porque se está apropiando de emociones inteligentes. Se han reducido las experiencias de malestar propias de rabietas, discusiones, trifulcas, alborotos. Se están desarrollando en relaciones emocionales, emocionalmente felices.
Ahora, lo lógico es pensar "nos estás diciendo con todo esto que somos las y los adultos los que nos portamos mal, los que lo hacemos mal. Pues que cada cual ajuste su pensamiento a su comportamiento y comience a responder con más EMODISCENCIA a las situaciones relacionales con nuestras niñas y nuestros niños.